Después de muchos años dedicado al vídeo corporativo, de motor, de eventos, cortometrajes, publicidad, y de repetir mil y una veces que jamás haría vídeos de bodas, aquí me tenéis, escribiendo en mi web de bodas, jaja, así que soy un buen ejemplo del "nunca digas nunca jamás"...

 

Las bodas tienen un componente emocional, unas conexiones únicas entre personas, incomparables con cualquier otro tipo de evento. Para mi, no se trata sólo de la celebración del amor de una pareja, es la muestra de cariño y felicidad entre familiares y amigos, es la energía que se crea, sonrisas, abrazos, besos, bailes... Esta es la razón por la que llegué a las bodas hace unos años para quedarme. La verdad es que, una vez que probé y me emocioné en la primera boda, de forma natural dirigí mi carrera en esa dirección, a pesar del miedo que me daba por la dificultad que entraña una buena película de boda. Todo esto, unido al cariño que le pongo a cada vídeo, dan como resultado el videógrafo que soy actualmente.

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Además, estoy convencido de que el vídeo de una boda es un gran tesoro para toda la familia que adquiere aún más valor con el paso de los años. Siempre digo que me encantaría poder ver un vídeo de la boda de mis padres.

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Si tuviera que describirme en pocas palabras, diría que me soy una persona sencilla, cercana y muy afortunada por disfrutar tanto con su trabajo. Madrileño afincado en Málaga, donde nacieron tanto mi madre como mi amadísimo hijo. Adoro a la gente auténtica, inquieta y natural.

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Cosas importantes en mi vida son mi familia, mis amigos, el cine, la música, la aeronáutica, la fotografía, mi pueblo, la naturaleza, el deporte y la aventura.

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